El asma es una enfermedad del sistema respiratorio caracterizada por una inflamación crónica de las vías aéreas. Los síntomas son diversos: sibilancias o sonidos agudos como silbidos, disnea o dificultad respiratoria, opresión torácica y tos.
Dependiendo de la frecuencia, duración e intensidad se considerará asma agudo, subagudo o crónico. Cuando los síntomas del asma se exacerban, se produce lo que llamamos crisis asmática.
En los últimos veinte años se ha registrado un aumento en su incidencia debido en parte a la contaminación ambiental y al aumento de la población.
El origen de la enfermedad es complejo e involucra la obstrucción intermitente al flujo aéreo, la inflamación y la hiperreactividad (incremento en la respuesta broncoconstrictora) de las vías respiratorias.
El asma se produce como respuesta a numerosos estímulos desencadenantes tanto endógenos (internos a la persona), como exógenos (del ambiente), o una combinación de ambos con frecuencia de naturaleza bacteriana.
Los diferentes estímulos que pueden provocar asma són:
- Alérgenos como el polen, lana, polvo, etc., o contaminación atmosférica, materias irritantes, variaciones meteorológicas, aspergilosis (la mayoría de la gente respira las esporas del hongo todos los días sin ser afectada pero otros se infectan) etc.
- La exposición a un medio ambiente inadecuado (frío, húmedo o con alérgenos)
- Reacciones a alimentos u otras sustancias como consecuencia de un aumento de la permeabilidad intestinal (sustancias como toxinas, químicos, microorganismos y macromoléculas que penetran a través del intestino).
- El uso temprano de antibióticos puede causar la aparición de asma al modificar la flora microbiana normal de un individuo, predisponiéndolo a una modificación del sistema inmunitario.
- La enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten sin reconocer ni tratar, se asocian con frecuencia a procesos recurrentes de vías respiratorias altas de naturaleza inmunoalérgica.
- Estrés psicológico
Enfermedades víricas y bacterianas de las vías respiratorias altas y el estrés emocional pueden empeorar los síntomas.
Existen múltiples alternativas terapéuticas para evitar los síntomas, controlarlos y aliviarlos, así como para su recuperación.