Todas las afecciones se pueden abordar a través de la inducción magnética, aplicando imanes sobre el cuerpo en los polos y puntos correspondientes.
El campo electromagnético que crea cada par de imanes, restaura el equilibrio natural del pH en los órganos afectados.
Los microorganismos patógenos desaparecen cuando se les priva del medio del que dependen para sobrevivir y reproducirse.
De esta forma, se restablece la función de los órganos en las personas afectadas y el cuerpo es capaz de regenerarse a sí mismo, siempre que el órgano o tejido no haya alcanzado el límite irreversible del proceso degenerativo.